Dentro de este artículo:
- 12 estrategias para salvar tu empresa familiar
- Identifica las primeras señales de riesgo
- Acepta la evolución del mercado
- Considera el poder adquisitivo
- Aprende a escuchar
- Quédate con lo imprescindible
- “Recorta” al personal no indispensable
- Analiza tus recursos
- Apuesta al teletrabajo
- Echa mano de las promociones
- Difunde los cambios
- Utiliza las nuevas tecnologías
- Calendariza tus metas y objetivos
Entre las causas más comunes por las que desaparecen las empresas familiares están: -La falta de competitividad. -La división de la entidad económica -Problemas y disputas familiares por el poder o dinero. -La falta de claridad sobre el rol de la familia, la superposición de funciones y la inexistencia de un consejo de administración y de un director general que actúe profesionalmente.
El fantasma de la quiebra siempre acecha. Y en ocasiones parece un destino inminente. A veces las empresas familiares se encuentran en el camino equivocado debido a una mala planeación o a un equipo directivo incompetente. ¿Será entonces su único desenlace el cierre? Afortunadamente, existen diversas estrategias que podemos adoptar para dar un golpe al timón y salvar el negocio.
Desde que comenzó la competencia a nivel internacional, un gran número de negocios ha tenido que cerrar sus puertas por la falta de buenos resultados y la mayoría de estos son pequeñas y medianas empresas familiares.
Entre las historias más comunes, se encuentran las complicaciones para hacer frente a los acreedores o a la carga impositiva. Conseguir que los clientes paguen o devuelvan la mercancía y desplazar rápidamente los inventarios es fundamental para sacar a flote una empresa familiar, pero con frecuencia es muy complicado y además toma tiempo…
12 estrategias para salvar tu empresa familiar
¿Entonces, qué debes hacer? Como quedarse de brazos cruzados no es una opción, te presento 12 estrategias que puedes implementar para salvar tu empresa familiar:
Identifica las primeras señales de riesgo
Los grandes problemas siempre tienen un origen y en general, inician con pequeñas situaciones que van escalando. Negar las fallas o pasarlas por alto solo hará que crezcan y cuando el fundador quiera remediarlas, quizá sea demasiado tarde. Algunos de los “focos de alarma” más comunes son la falta de liquidez, exceso de inventarios y descenso en el número de clientes. ¡Pon manos a la obra cuanto antes! Descubre de dónde provienen las dificultades e intentar solventarlas.
Acepta la evolución del mercado
El tiempo no pasa en vano. La sociedad, con sus usos y gustos, ha cambiado y es muy probable que las estrategias que en un inicio llevaron a tu empresa al éxito, actualmente ya no funcionen. Detecta cómo puedes cambiar tu modelo de negocios para ceñirlo a las necesidades de hoy en día. Para ello, la adaptación continua debe adoptarse como parte de la visión de la empresa familiar y así anticiparse a las crisis.
Considera el poder adquisitivo
Desde el ambiente internacional, la renegociación del Tratado de Libre Comercio, la reducción de los ingresos y aumentos en los productos… todo impacta el consumo de tus clientes. Quienes antes compraban sin temor, hoy miran con una lupa cada gasto que realizan: detecta qué quieren, cuánto están dispuestos a pagar, qué les parece indispensable y así podrás desarrollar la nueva tendencia y estrategia de negocio.
Aprende a escuchar
En un momento en que todo está en continuo cambio, es muy importante dejarse asesorar sin menospreciar ninguna de las aportaciones. Los trabajadores, que están en contacto día a día con los clientes y con el producto, conocen qué gusta y qué disgusta a determinados tipos de clientes. En suma, son quienes pueden aportar la mejor estrategia de operación, gestión o marketing.
También las empresas familiares, mediante reuniones de planeación, capacitación, pueden dar las claves para sacar adelante un negocio. Otra opción es aprender de las experiencias de otras compañías y conocer cómo se han enfrentado ante una situación adversa.
Intercambia información: aunque lo parezca, éste no es un problema único, así que los directivos empresas familiares no están solos y pueden pedir ayuda o ideas a otros que estén ene le mismo caso o buscar asesoría.
Quédate con lo imprescindible
En un momento de crisis es importante volcarse a lo que es realmente necesario. Evalúa cuáles son los elementos de los que se puede prescindir para ahorrar dinero, y emplear este en lo indispensable.
Muchas veces la empresa tiene infraestructuras que apenas utiliza, locales mal situados a los que acude muy poca gente, teléfonos de empresa innecesarios para los empleados, trabajo mal repartido, consumos exagerados o servicios que no aportan valor. ¿En qué otras situaciones puedes economizar?
“Recorta” al personal no indispensable
A nadie le agrada pensar en esta opción. Puede escucharse como una acción drástica, pero es una medida que debe implementarse y hay que realizarla de la forma más objetiva cuando sea necesario.
Lo ideal es desarrollar un estudio en el que se reconozca cuáles son las áreas fundamentales para que la empresa funcione, e identificar a quienes las dominan. De esta manera se puede conocer al personal indispensable, olvidándose de amigos, hermanos, primos, cuñados… todo para reducir los costos de nómina que no aporten valor a la empresa familiar.
Seguir con mirada atenta estos primeros seis puntos podrá encaminarte hacia una mejor dirección de tu empresa familiar; recuerda siempre mantener una actitud abierta ante los nuevos planteamientos de la sociedad contemporánea.
Desde la observación de las pequeñas fallas, el replanteamiento de una estrategia de mercado hasta el despido de algunos elementos prescindibles dentro de nuestra empresa familiar, existen otras acciones que podemos seguir; estas apuntan hacia el uso de las nuevas tecnologías y modelos de negocios, en nuestra meta de girar el timón hacia el éxito.
Aunque algunas de las estrategias que mencionamos en la reflexión anterior pudieran parecer difíciles para ciertos empresarios, recuerda que un buen empresario se caracteriza por saber cuándo y cómo aplicar las estrategias, si bien no hay una fórmula exacta para el éxito.
Analiza tus recursos
Ahora conoces la importancia de elaborar nuevas estrategias, pero, ¿con cuáles herramientas cuentas para desarrollarlas? Es básico que previamente reconozcas el capital humano y financiero del que se dispone.
Las modificaciones no tienen que ser profundas. A veces, es suficiente que realices cambios pequeños para dar un nuevo aire al negocio: dirigirse a otros clientes, nuevos servicios o renovar el establecimiento —si este está de cara al público—, son transformaciones que pueden dar el empuje necesario a la empresa.
Apuesta al teletrabajo
Si tu tipo de negocio lo permite, los empleados pueden realizar la mayor parte de su jornada laboral desde casa. Algunas empresas optan por que los trabajadores solo vayan a la oficina uno o dos días y el resto del tiempo ejerzan sus funciones a distancia.
Esta medida supone un ahorro para la empresa en electricidad, teléfonos, papelería, mobiliario, equipo, consumibles, transporte e incluso puede considerarse el traslado a locales más pequeños. Al mismo tiempo, es una política positiva desde la perspectiva moral, por lo que aumenta la productividad.
Echa mano de las promociones
En situaciones extraordinarias, medidas extraordinarias. De manera temporal, las ofertas pueden funcionar para remontar el negocio.
La experiencia no miente: hay empresas familiares al borde de la quiebra que han bajado el precio de sus productos, sin disminuir la calidad, y han logrado no solo enfrentar los malos temporales, sino aumentar sus ventas y generar nuevos puestos de trabajo. Así que, ¡revisa tus inventarios y evalúa las mejores promociones!
Difunde los cambios
De nada sirven la nueva estrategia, las ofertas o la renovación del local, si la gente no sabe que la empresa ha cambiado. Mediante acciones de marketing y publicidad se puede informar al público sobre las novedades, la baja de precios o el nuevo producto que se ofrece.
Estas promociones no siempre tienen por qué ser costosas. Cuando el negocio está a pie de calle, se puede utilizar el propio local para dar esta información al ciudadano. Los medios radiofónicos, la televisión, las redes sociales o el reparto de folletos también suelen ser eficaces.
Utiliza las nuevas tecnologías
Internet es una herramienta muy útil para dar a conocer el negocio. Hoy en día, muchas personas consultan por este medio la información que antes buscaban en las guías telefónicas u otros medios de comunicación, como la televisión y el radio.
Tener una página web atractiva y clara es importante para cualquier tipo de negocio. Además, estar en las redes sociales es un punto a favor de las empresas familiares, que pueden promocionarse de manera casi gratuita: basta un vistazo a las redes sociales para saber que estas presentan una increíble oportunidad de marketing para nuestros negocios.
Calendariza tus metas y objetivos
El mejor termómetro para saber si un plan está teniendo resultado, es desarrollarlo con un calendario de metas y objetivos. Tienes que ser realista sobre las fechas consideradas en la estrategia, solo así te darás cuenta si tus planes están funcionando y si el negocio está dando un giro.
Si no eres realista acerca de los problemas que enfrenta la empresa familiar, tu calendario se retrasará y tu nueva estrategia estará viciada, sin mencionar que una serie de problemas pueden derivarse de una mala planeación. Así que presta ojo atento y elabora un calendario que sea tanto propositivo como bien aterrizado en la tierra.
Tener la capacidad de evaluar sobre la marcha ayudará a que no se desperdicien tiempo y recursos en un camino que no dará más resultados; recuerda que analizar los procesos dentro de la empresa puede darte varias sorpresas, desde inventarios obsoletos hasta malversación de fondos.
La buena noticia es que conocer el diagnóstico te acerca más hacia la solución. Enfrenta el reto de prestar atención a estas estrategias para que el próximo giro en el timón de tu empresa te lleve a ¡retomar el camino hacia el éxito!
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