CPC MI José Mario Rizo Rivas

Para este artículo pienso sobre todo en las personas que están por comenzar un proyecto con otros miembros de su familia o que ya lo tienen, pero han alcanzado un punto en el que los conflictos parecen estar al orden del día.

El fantasma de la quiebra siempre acecha. Y en ocasiones parece un destino inminente. A veces las empresas familiares se encuentran en el camino equivocado debido a una mala planeación o a un equipo directivo incompetente. ¿Será entonces su único desenlace el cierre? Afortunadamente, existen diversas estrategias que podemos adoptar para dar un golpe al timón y salvar el negocio.

Las empresas requieren de un trabajo multidisciplinario cuyo enfoque debe estar sintonizado para funcionar a la perfección. Si desde el comienzo planteamos cuál será la base de filosofía cultura y valores en nuestra empresa, no sólo aseguraremos la confianza en nuestro equipo de trabajo, sino que también estaremos preparando el terreno para una sucesión sin problemas en la próxima generación que habrá de continuar con el legado del negocio familiar.

Para la elaboración de un protocolo como base para la relación entre la familia y la empresa.

No se trata de tu éxito o el mío, sino de un éxito mejor de un camino superior”. Stephen R. Covey

Sin las preguntas esenciales, muchas veces no logramos enfocar nuestro pensar en lo significativo y sustancial.

La empresa familiar en México aún tiene mucho camino que recorrer en aspectos relacionados principalmente con una adecuada planeación

Cada familia tiene que definir cuál son sus enfermedades y recetar medicina preventiva para prevenirla y en su caso curarla con los menos efectos colaterales.

La operación diaria de una sociedad es responsabilidad del equipo directivo de la misma, mientras que la labor de definir la visión estratégica y de aprobar la gestión debe ser responsabilidad del Consejo de Administración y un papel muy importante recae en su presidente. “Gestión es hacer las cosas bien, liderazgo es hacer las cosas”. Peter Drucker

Una de las ventajas de una empresa familiar, según lo explica la doctora Marisol Pérez Lizaur en el libro Empresa y familia en México. Una visión desde la antropología (Universidad Iberoamericana, 2010), es que está más cerca de las necesidades del mercado en el que incursiona, a diferencia de una compañía multinacional que podría perder el rumbo al intentar abarcar a un mayor espectro económico y social.