Dentro de este artículo:
En el Boletín Técnico de diciembre de 2015, se publicó el artículo de mi autoría denominado “El fraude y las responsabilidades del auditor en la auditoria de estados financieros respecto al fraude (NIA 240)”, artículo al que remito para su lectura ya que en el mismo, trato conceptos tales como el concepto del fraude, el triángulo del fraude, su clasificación, y lo que establece la NIA 240 “Responsabilidades del auditor en la auditoria de EF con respecto al fraude”.
Al paso del tiempo, en lo que va del ejercicio de 2016, es de llamar la atención algunos aspectos tales como:
- La publicación continua y sistemática por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de los listados de contribuyentes que a juicio de esta autoridad se ubicaron en la hipótesis a la que se refiere el primer párrafo del artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, respecto a contribuyentes que han estado emitiendo comprobantes sin contar con los activos, personal, infraestructura, etc., para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar los bienes que amparan tales comprobantes. Las disposiciones de este artículo afectan tanto a quienes expiden los comprobantes (EFOS), como a quienes los deducen (EDOS).
- Los escándalos políticos en los que los partidos de oposición acusan a organismos gubernamentales de abuso en los montos autorizados para obra pública, proyectos, etc., que según sus declaraciones, incluyen los denominados “moches” a cargo de las empresas autorizadas.
- Gobernadores de diferentes Estados acusados de fraude, corrupción, desvío de fondos, etc., con la ayuda de prestanombres, ya sea personas físicas o morales.
- La economía nacional pasando por malos momentos, con incertidumbre en la conservación de empleos, que llegan a presionar y a cuestionar a funcionarios y empleados, sobre la continuidad en sus puestos.
Ante este panorama, que parece un campo fértil para el fraude en los negocios, retomo este tema, en el que no haré gran mención a lo señalado en la NIA 240, aspectos ya mencionados en mi artículo pasado, sino que abordaré el tema del fraude desde un punto de vista de los aspectos importantes y relevantes, prácticos, que el auditor debe de considerar en su proceso de revisión de estados financieros, sobre los cuales habrá de emitir una opinión.
No obstante lo que acabo de mencionar, resulta imposible no citar algunos aspectos, que por su relevancia, deben tenerse siempre en mente para entender el tema del fraude.
Concepto de Fraude
Existen innumerables definiciones del fraude, como lo son entre otros el de La Real Academia Española, el vertido por las Asociaciones antifraude, la propia NIA 240, etc., citando en esta ocasión el concepto y comentario señalado en uno de los diversos artículos publicados por Auditool, Red de Conocimientos especializada en Auditoría y Control Interno, “Fraude es cualquier acto ilegal caracterizado por engaño, ocultación o violación de confianza.
Estos actos no requieren la aplicación de amenaza, de violencia o de fuerza física. Los fraudes son perpetrados por individuos y por organizaciones para obtener dinero, bienes o servicios, para evitar pagos o pérdidas de servicios, o para asegurarse ventajas personales o de negocio.”
Triangulo del Fraude
Importante recordar que este sistema, que es uno de los modelos más aceptados, fue desarrollado por el Doctor Donald Cressey, criminólogo estadounidense, el cual explica el por qué buenas personas se convierten en delincuentes.
El triángulo del fraude distingue tres factores que deben estar presentes para que una persona común cometa fraude:
- Motivación (incentivo-presión)
- Poder (oportunidad)
- Racionalización (justificación)
Triangulo del Fraude del Ejecutivo
Basada en esta teoría, Laura Wagoner Downing, investigadora, desarrolló su concepto del Triángulo de fraude del Ejecutivo, en el que sustenta que el ejecutivo, además de los tres factores del triángulo del fraude, tiene la autoridad y poder para actuar como quiera, lo que puede implicar un comportamiento ilegal, toma de malas decisiones, engaños, y fraude.

Fraude Corporativo
Martha Cadavid, investigadora, señala que “El fraude corporativo va más allá de cualquier fraude cometido por una sola persona en la organización. El fraude corporativo tiene repercusiones extremadamente fuertes y avasalladoras. El fraude corporativo es un delito basado en la manipulación de los estados financieros para esconder, tergiversar o falsificar la situación económica de la organización con el único objetivo de engañar a un grupo de personas o usuarios de los estados financieros.”
Delitos económicos en México-Encuesta 2016
De acuerdo con la encuesta bienal llevada a cabo por PWC en este año, “Encuesta sobre delitos económicos 2016”, “Los delitos económicos continúan evolucionando, mientras que la efectividad de los controles corporativos para detectarlos ha disminuido”.
A continuación algunos datos importantes de esta encuesta, mismos que en algunos casos son comparados con los resultados obtenidos en 2014:
Tasa promedio general
2016 | 2014 | |
Tasa promedio de delitos económicos Delitos económicos detectados: | 37% | 36% |
Por mero accidente | 14% | 1.3% |
A través de controles corporativos | 48% | 54.6% |
Resultados por tipo de delito
México | Global | |
Malversación de activos (inventarios/activo fijo/efectivo) | 76% | 64% |
Sobornos y corrupción (principal preocupación en México) | 21% | 24% |
Fraude en adquisiciones | 19% | 23% |
Información privilegiada | 19% | 7% |
Fraudes contables | 14% | 18% |
Delitos económicos de las industrias más representativas(reportan una tasa más alta que el promedio para México en este año)
- Transportación y logística 70%
- Detallistas 55%
- Industrias manufactureras 44%
- Servicios financieros e industria automotriz 42%
Las tres primeras de ellas fueron víctimas principalmente de actores internos, en tanto que en la de servicios financieros aproximadamente la mitad de las organizaciones fueron víctimas de actores externos.
Perfil del defraudador
El defraudador típico continúa siendo hombre, con grado universitario, de 31 a 40 años de edad y con 3 a 5 años en la organización.
2016 | 2014 | |
Defraudador interno | 64% | 75% |
Defraudador externo | 25% | 22% |
No sabe | 11% | 3% |
Esquemas de corrupción comunes en México
- Pagos indirectos a través de socios comerciales 67%
- Proveedores ficticios/facturas falsas 25%
- Deficiencias en los controles de tesorería para monitorear el destino final de los fondos 17%
- Pagos indebidos a través de nóminas 25%
- Regalos viajes y entretenimiento indebidos 25%
- Sobreprecio/ soborno 17%
El auditor y su exposición al fraude
Con todo el panorama general visto anteriormente, es importante cuestionarnos si:
- ¿Estamos los auditores expuestos a ser víctimas del fraude y la corrupción que pudieran existir en algunas organizaciones, por la colusión de los intereses de sus funcionarios?
- ¿Nuestra preparación profesional y forma de conducir la auditoria nos permite distinguir claramente a un error de un fraude, en el que en el primero no hay intención y en el segundo sí?
- ¿Corremos el riesgo de que en un momento dado pretendan fincarnos alguna responsabilidad de índole profesional, fiscal o legal, ante un hecho que debimos haber revisado y no lo hicimos? O bien, revisamos, pero no detectamos la existencia de una operación improcedente?
- La situación económica actual nos ha llevado, en muchos casos, a una pérdida tal de clientes que ante una necesidad de los mismos ¿nos puede conducir a un extremo que dejemos de ver operaciones de riesgo o fraude, o que aun viéndolas, estemos dispuestos a asumir dichos riesgos?
- ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad cuando clientes que auditamos a la fecha, o en ejercicios pasados, forman parte de los listados publicados por el SAT, en relación con el referido artículo 69-B del CFF?
- ¿Es posible que lo mencionado hace años en un informe emitido en diciembre de 2012, por Public Company Accounting Oversight Board (PCAOB), respecto de sus observaciones sobre la naturaleza y frecuencia de varias deficiencias en las auditorías de diez de las firmas más importantes en EE.UU., sigan prevaleciendo a la fecha, al señalar que las posibles causas (“Talón de Aquiles”), de las deficiencias son:
- Falta de un enfoque Top-Down (Norma de Auditoría No. 2 del PCAOB) para conocer y evaluar el control interno, los sistemas de TI, falta de personal capacitado, exceso de trabajo y rotaciones, programas de capacitación y de comunicación, entre otros.
- Los riesgos fueron derivados de una falta de planeación adecuada y de la desviación de las NIA, así como de problemas del personal y de la falta de escepticismo.
Salvaguarda del auditor- Cumplimiento con nuestro marco normativo
Sin afán de pretender abarcar todos los aspectos de relevancia existentes en nuestro marco normativo en el que descansa nuestra actuación profesional para llevar a cabo un trabajo de auditoria con altos estándares de calidad que respondan a cualquier riesgo existente, a continuación listo una serie de aspectos básicos mínimos con los que el auditor debe de cumplir y cuya aplicación puede resultar de apoyo:
- Valores éticos– Debemos de ejercer nuestro papel de auditor con un alto sentido de ética profesional, con respeto al código que nos rige, pero ante todo, con sustento en nuestros propios valores éticos como los son la responsabilidad, integridad, respeto, lealtad, honestidad, equidad.
- Confianza en el contador público– Considerar que la capacidad de atestiguamiento o dictamen de un contador público, está fundamentada en la confianza que la sociedad otorga a nuestra profesión, al considerar al contador público como una persona íntegra, confiable en nuestras opiniones, con independencia profesional, etc., para emitir nuestros juicios profesionales, por lo que nunca debemos de faltar a esa confianza depositada en nosotros.
- Escepticismo profesional– La NIA 200 lo define como “Actitud que implica una mentalidad inquisitiva, una especial atención a las circunstancias que puedan ser indicativas de posibles incorrecciones debidas a errores o fraudes, y una valoración crítica de la evidencia de auditoria”. Luego entonces, ¿estamos trabajando con la dosis adecuada de escepticismo profesional? Nos preguntamos en todo momento ¿por qué, para qué, cuándo, cuánto, cómo, dónde, quién, es indispensable, que se recibió a cambio?, etc., o bien, ¿hay confianza inadvertida o exceso de confianza? ¿caímos en una excesiva confianza y la aplicación de procedimientos son predecibles y repetitivos para el cliente? Como se ha multicitado en diversos artículos: dudar, siempre dudar: La duda te llevará a la verdad.
- Control de calidad en las firmas– Debemos de atender a todo el contexto general de nuestra Norma de Control de Calidad, misma que establece como objetivo “el establecer normas para permitir a las firmas implementar los procedimientos y requerimientos necesarios, respecto a la calidad”. Importante considerar y destacar los elementos de un sistema de control de calidad tales como: responsabilidad de los líderes de la firma sobre el control de calidad de la misma, requisitos éticos relevantes, aceptación y retención de clientes, recursos humanos, desempeño del trabajo y monitoreo,
- Política adecuada de aceptación de clientes– Baste decir que la aceptación de un cliente va de la mano del conocimiento preciso que debemos de tener del mismo, de la evaluación de su integridad, y de la evaluación de nuestros propios conocimientos para atender al cliente. No todo trabajo es susceptible de tomarlo.
- Profesionalismo e independencia– Debemos actuar ante todo de una manera profesional y con absoluta independencia, tanto nosotros como nuestros equipos de trabajo, para garantizar la confiabilidad de los resultados de auditoría.
- Plan de auditoria adecuado– La existencia de este plan es fundamental para orientar de manera coordinada todos nuestros objetivos y esfuerzos, y poder llegar a ellos, evitar dispersiones en el trabajo a realizar, que nuestro equipo de trabajo sepa en todo momento qué hacer, de manera eficiente, oportuna, con metas, objetivos, programas, procedimientos bien planteados, y basado en el conocimiento de la actividad del cliente a auditar.
- Documentación de auditoria– La NIA 230 establece como objetivo del auditor “preparar documentación que proporcione: a) un registro suficiente y adecuado de las bases para el informe de auditoría y b) evidencia de que la auditoria se planificó y ejecutó de conformidad con las NIA y los requerimientos legales y reglamentarios aplicables”, luego entonces remito a esta NIA respecto a la responsabilidad del auditor de preparar la documentación de auditoria que le permita obtener la evidencia de las bases para llegar a una conclusión adecuada de su trabajo, y no enfrentar problemas futuros de fallas, errores, deficiencias, etc., en la documentación de los trabajos, que nos pueden llevar a enfrentar problemas de fraude ante organismos privados, públicos, o ante la propia AGAFF, sin poder presentar las evidencias adecuadas.
- No todo son números– Cita Consuelo DiGuglielmo, especialista en Anti lavado de activos, que el auditor tiene que encontrar el verdadero significado de detalles que para muchos pasan desapercibidos y que es muy importante ver donde otros no ven.
Conclusión
Sin duda me quedo corta en mis comentarios, en un momento en el que, bajo ciertas circunstancias, la línea entre el error y el fraude parecen confusas, sin embargo, cuando así sea, basta con analizar detenidamente nuestro marco normativo, aplicarlo en todos sus puntos, hacer que nuestra ética personal y profesional se imponga, y que nuestro trabajo esté basado en todo momento, en un escepticismo a prueba de cualquier exceso de confianza, todo lo cual nos permitirá llegar a conclusiones adecuadas en nuestro trabajo.
Fuente: Normas de Auditoria para Atestiguar Revisión y otros servicios relacionados (IMCP) Diccionario de la Real Academia Española Encuesta sobre delitos económicos 2016 y 2014-Suplemento México (PWC) Diversos artículos sobre temas de fraude publicados por AUDITOOL, varios autores.
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