El control interno, el gran ausente de la contabilidad gubernamental

El control interno, el gran ausente de la contabilidad gubernamental

Los objetivos del control interno son: salvaguardar los activos y promover la eficiencia, sin embargo constatamos que es el gran ausente en la actividad gubernamental en el primero de sus objetivos, porque a través de los medios de comunicación nos hemos enterado, en fechas recientes, que en algunos estados del país los gobernantes han defraudado grandes cantidades de dinero de las arcas públicas, es decir, de los impuestos que los ciudadanos pagamos para los servicios públicos, dichas cantidades son, en términos contables, materiales, es decir, importantes, que por las desviaciones que hicieron los funcionarios públicos no serán aplicadas a las tantas necesidades que tiene la población. Además, producen desviaciones en la información financiera, que no permiten tomar decisiones acertadas.

Ante estas situaciones, vale la pena preguntarnos ¿Por qué se han dado los desvíos? Pueden ser dos las respuestas, porque el control interno es inoperante o porque hubo contubernio de los funcionarios que tienen facultades para administrar los bienes de las entidades federativas; considero esta última como la respuesta, ya que, debido a los procedimientos de control interno que se tienen establecidos para la disposición de los bienes se requieren las firmas de varios funcionarios, lo que, en teoría, dificulta las sustracciones indebidas, pero si los funcionarios se ponen de acuerdo para disponer indebidamente de los recursos es extremadamente difícil que se eviten.

Por lo descrito en el párrafo anterior, se concluye que, el control interno, en cuanto al objetivo que tiene de proteger los activos de las entidades, ha estado ausente, no por sí mismo, sino por la acción de contubernio de los funcionarios, es decir, ante la confabulación, el control interno es inoperante para evitar los desvíos de recursos, dichos desvíos son detectables solo a posteriori, cuando se hace la auditoria de la información, por investigaciones periodísticas con los efectos no deseables de recuperación incompleta de lo defraudado, la evasión de los delincuentes, etc.

En meses recientes los medios de comunicación informaron de la fuga de algunos de los funcionarios que son señalados de haber desviado recursos del erario; en el momento de escribir este documento dos de los fugados ya fueron capturados.

El segundo objetivo del control interno “promover la eficiencia” está también ausente, tanto en los servicios internos, es decir en los que se prestan entre departamentos de una misma unidad, como en los externos, en la atención a los usuarios externos de esas unidades, son de sobra conocidas las quejas, por lo menos en las dependencias de salud pública, la falta de medicamentos casi generalizada, el mal trato que algunos de los prestadores de servicios de salud dan a los derechohabientes, la atención demasiado espaciada de los pacientes, lo cual ha propiciado, en muchos casos, la defunción de éstos, no hay eficiencia en la atención médica, el control interno está ausente.

En los dos casos tratados se hace necesaria la actuación de la Secretaria de la Función Pública, en el ámbito federal y de las dependencias equivalentes en el ámbito estatal, para que instauren procedimientos de control que, hasta donde sea posible, impidan la confabulación de funcionarios para la comisión de los delitos de peculado y de otro tipo en perjuicio del erario.

Además, implantar sanciones rigurosas y la aplicación de las leyes correspondientes para evitar la impunidad y para que desalienten a los funcionarios a cometer dichos delitos. Por lo que respecta a la ineficiencia en instituciones de salud pública, no vendría mal que la ciudadanía tuviera acceso, a través de los colegios de profesionistas, cámaras de empresarios o de la contraloría social, para vigilar, desde los presupuestos hasta la aplicación de los mismos.

Estas serían acciones a corto plazo, pero para soluciones de fondo, que tendrían efecto a largo plazo, es necesario que el “Nuevo Modelo educativo” no solo incluya “aprender a aprender” sino “aprender a vivir con valores éticos” valores que están ausentes en gran parte de nuestra sociedad y, no se diga en las instituciones oficiales de enseñanza que ciertamente, llevará varias generaciones, pero que siendo medidas preventivas serán más efectivas y menos costosas que las acciones correctivas o punitivas.


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