Materialidad desde el punto de vista del auditor

Materialidad desde el punto de vista del auditor

El concepto de materialidad se refiere a la importancia relativa de la omisión o expresión inadecuada de la información financiera y del efecto que pudiera tener en las decisiones del usuario general. Este artículo se enfoca a la responsabilidad del auditor al aplicar el concepto de materialidad, cuando planea y ejecuta una auditoria de estados financieros.

El primer marco de referencia de la materialidad es la propia normatividad contable, al tratar la materialidad en la preparación y presentación de la información financiera; sin embargo, la materialidad también puede explicarse de acuerdo a los errores y omisiones que pueden afectar a los usuarios de la información financiera, al juicio que se haga respecto al tamaño y naturaleza de la materialidad, y al juicio sobre los aspectos que afectan al usuario general de dicha información, sin llegar al grado de pretender satisfacer las necesidades específicas de algún usuario en lo particular.

Materialidad en la planeación y ejecución de la auditoria

Es preciso recordar que el objetivo general de la materialidad es evaluar el efecto de las omisiones, desviaciones y errores detectados pero que no fueron corregidos en los estados financieros. Una de las mayores responsabilidades del auditor es utilizar su juicio profesional para definir lo que es material.

Aunque no hay porcentajes, parámetros o rangos específicos en donde el auditor pueda apoyarse, existen criterios mínimos señalados por la ISA 320 Materialidad en la planeación y ejecución de la auditoria (Materiality in Planning and Performing an Audit) para proporcionar una guía en la aplicación de su juicio profesional.

El primero puede parecer muy obvio, pero es tener conocimiento de la operación y las actividades económicas que realiza la empresa.

El segundo es entender a profundidad cómo fueron preparados y presentados los estados financieros para poder determinar la materialidad. El tercero, es reconocer la información que se basa en estimaciones, juicio o criterio profesional y su efecto en el futuro, y que por ende tendrá un componente de subjetividad. Finalmente, que permita tomar decisiones económicas basadas en dichos estados financieros.

¿En qué momento se aplica la materialidad?

La materialidad aplica al planear, ejecutar y evaluar el efecto de las omisiones y errores identificados. Desde el momento de la planeación el auditor debe efectuar juicios sobre el tamaño y naturaleza de los errores para que sean considerados como materiales. Estos juicios son fundamentales pues servirán de base para determinar la naturaleza, extensión y oportunidad de los procedimientos de evaluación de riesgos; el riesgo de error material; y los procedimientos de auditoria.

ISA 230

De acuerdo a la ISA 230 Documentación de Auditoria (Audit Documentation), el auditor debe incluir los montos y factores considerados para la determinación de la materialidad de los estados financieros en su conjunto, la cual podríamos denominar como “materialidad total”; así como del nivel de materialidad para transacciones, partidas o revelaciones particulares, que denominaremos “materialidad específica”; finalmente, también debe determinar la materialidad de ejecución o desempeño, para efectos de evaluar los riesgos de error material, y determinar la naturaleza, extensión y oportunidad de los procedimientos de auditoría, finalmente debe de llevar un control de aquellos ajustes que se encuentren por debajo de esta materialidad, para en su caso determinar que en lo agregado no exceden su materialidad. La ISA 320 también señala que la materialidad debe de ser revisada y evaluada al planear, ejecutar y concluir la auditoría; es decir es un proceso continuo.

ISA 450

Por su parte, la ISA 450 Evaluación del efecto de los errores durante la auditoria (Evaluation of Misstatements Identified during the Audit) señala que el objetivo de la auditoria es evaluar el efecto de los errores identificados así como el efecto en los estados financieros de los errores no corregidos, mismo que resultan de las diferencias en cantidad, clasificación, presentación o revelación en los estados financieros de la empresa en relación con las normas contables, y que pueden surgir del error o de fraude. De acuerdo a esta norma los errores pueden ser de hecho, de juicio o de estimaciones.

Por otro lado, el auditor debe acumular los errores señalados pero no corregidos por la empresa, excepto aquellos que sean triviales, y si la gerencia se niega a corregirlos el auditor deberá conocer las razones que tiene la empresa para negarse a efectuarlos y así poder evaluar este efecto en los estados financieros en su conjunto.

La documentación debe incluir el monto por el cual un error se considere trivial, los errores que se acumularon durante la auditoria, los que fueron corregidos y las conclusiones del auditor sobre la materialidad de los errores aún no corregidos, de manera individual y en agregado.

Un punto importante es que habrá partidas o transacciones que se evalúen aún si están debajo del monto definido como material, esto es debido a que se considerará también su naturaleza y las circunstancias en las que se originaron.

Como se comentó al inicio, a pesar de que no hay criterios establecidos (benchmarks) para determinar la materialidad, existen prácticas comunes en la profesión que se aplican de diferente manera dependiendo si la empresa es lucrativa o no lucrativa, si es pública o privada, giro o sector, de la estacionalidad y ciclo de vida del producto, etc.

Sin embargo, los criterios más utilizados para determinar la materialidad de empresas lucrativas son las utilidades antes de impuestos, el EBITDA, total de costos, total de ingresos, total de activos y activos netos. Por ejemplo, en el sector financiero un bechmark apropiado podría ser el monto total de activos; y en las no lucrativas los ingresos o gastos totales, aunque su selección y benchmark dependerá del juicio profesional del auditor.

Conclusión

En conclusión, una de las responsabilidades fundamentales del auditor es utilizar su juicio profesional para determinar la materialidad, ya que con esta base se planeará y ejecutará la auditoría, para finalmente evaluar la calidad y confiabilidad de la información financiera, detectar y señalar errores, desviaciones y omisiones que pueden afectar las decisiones del usuario general de dicha información.


Contenido relacionado

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You May Also Like
Su enfoque es: establecer el tratamiento contable de una partida, ya sea como una provisión o un pasivo contingente, dependiendo del grado de incertidumbre de la salida de recursos económicos para el cumplimiento de una obligación o, para el caso de activos contingentes, la incertidumbre de la recepción de beneficios económicos para recuperar el activo.

Norma de Información Financiera (NIF) C-9 “Provisiones, contingencias y compromisos”

Su enfoque es: establecer el tratamiento contable de una partida, ya sea como una provisión o un pasivo contingente, dependiendo del grado de incertidumbre de la salida de recursos económicos para el cumplimiento de una obligación o, para el caso de activos contingentes, la incertidumbre de la recepción de beneficios económicos para recuperar el activo.
La NIA 265, relata la responsabilidad que tiene el auditor de comunicar las deficiencias de control interno a la dirección

Norma Internacional de Auditoría (NIA) 265: Comunicación de las deficiencias del control interno a los responsables del gobierno y a la dirección de la entidad

El objetivo de una auditoría de estados financieros realizada conforme a las Normas Internacionales de Auditoria (NIA) es, emitir una opinión sobre si la información financiera de una Entidad se presenta razonablemente conforme a las Normas de Información Financiera (NIF) aplicables; para cumplir con este, el auditor debe obtener una comprensión del control interno de la empresa para así poder diseñar los procedimientos de auditoría adecuados para el encargo.