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Por siglos la conducta humana ha sido regida por normas, reglas, políticas, etc…, y cada día hemos tenido que regular mas cualquier actividad que lleven a cabo dos o más personas, ya sea en el ámbito meramente común o en el de los negocios.
El hombre ha desarrollado muchas habilidades a lo largo de su estancia en este planeta, mismas que han dado origen a que se lleven a cabo operaciones mercantiles, civiles, de servicios, etc… lamentablemente la conducta que se ha manifestado en estos escenarios ha puesto en entredicho la buena fe tan solo con el simple hecho de dar la palabra como un acto de buena voluntad en estas relaciones, las reglas en todos los ámbitos, se han modificado y han endurecido su postura derivado de las malas prácticas que se han llevado acabo, al buscar solo el beneficio particular poniendo por delante el engaño, la falsedad y la ventaja ante quien o quienes depositaron la confianza en la otra persona.
La sociedad busca que el individuo sea integro, honrado, veraz, leal, en fin que tenga valores y que pueda demostrarlos cabalmente en su desarrollo como profesionista y a la vez como ciudadano ejemplar.
Una de las actividades más importantes que se han desarrollado en los últimos años, han sido las llevadas a cabo por los profesionistas, quienes con la especialidad que les puede caracterizar de su carrera y el desarrollo profesional de la misma, se avocan a ofrecer de diversas maneras sus servicios a las empresas o empresarios.
Ese ofrecimiento de los servicios debe ir acompañado invariablemente del verdadero conocimiento sobre el objetivo y alcance del trabajo que se está solicitando y el tercero que está contratando al profesionista espera de él que sea verdadero lo que se manifiesta regularmente en una carta propuesta o cotización de los trabajos referidos.
Ahora bien el ofrecer un servicio y no estar capacitado para llevarlo a cabo constituye un acto de engaño, es decir se convierte en un fraude y pudiera manejarse a nivel legal que configura todas las agravantes de un delito; es decir esta conducta fue llevada a cabo con alevosía, ventaja y dolo.
Pero ¿por qué un profesionista se puede prestar al engaño?, esta pregunta es una constante, lamentablemente, en las actividades llevadas a cabo por estos profesionales, y más aún en las últimas fechas.
Casos mundialmente reconocidos de fraude
Basta decir que en el ámbito profesional de la contaduría pública, se tienen documentados casos mundialmente reconocidos de fraude perpetrados por la administración de la empresa pera apoyados sustancialmente por contadores públicos, cito dos casos de esta lamentable situación.
Enron: la empresa construyó su imbatible supremacía sobre el terreno del tráfico de influencias y el fraude contable. A través de la creación de más de 800 Empresas de Propósito Especial, consiguió más crédito y engañó a sus inversores.
Los organismos reguladores no detectaron estas acciones ilícitas porque creían en la información oficial y pública que presentaba la empresa.
Enron anunció en noviembre de 2011, que debía hacer correcciones a sus estados financieros de los años 1997 al 2000, declarando una reducción de ganancias de más US $613 millones, además de una reducción de capital de US 51.200 millones. Kenneth Lay, presidente, y Jefiray Skilling, CEO, fueron llevados a juicio por más de 30 delitos, incluidos conspiración y fraude bancario.
La compañía telefónica WorldCom se declaró en bancarrota en 2002. Los activos de la empresa, valorizados en unos 100.000 millones de dólares, convirtieron esta quiebra en la mayor de la historia, por encima de la de Enron, que sumaba unos 63.000 millones en activos, WorldCom reconoció haber disfrazado como inversiones. alrededor de 3.800 millones de dólares en gastos operativos.
El común denominador en estas dos empresas fue que el mismo despacho de contadores públicos asesoró y apoyaron directamente en el encubrimiento y distorsión de la información financiera.
Código de Ética
Esta situación, entre otras, dio la pauta para que a nivel mundial cambiaran radicalmente las formas de elaborar estados financieros, así como la de realizar auditorías a los mismos, aunado a esto se trabajó para preparar un Código de Ética que tuviera una repercusión a nivel mundial y que actualmente en México los contadores públicos (Afiliados al Instituto Mexicano de Contadores Públicos IMCP) contamos con un Código de Ética igual de estricto que el Internacional.
El punto central de esta situación es la conciencia plena del individuo para actuar de una manera correcta o de engañar, el profesionista regularmente tiene un nivel muy alto de conocimientos de diversas materias, ha cursado la universidad y en algunos casos cuenta con posgrados, es ahí donde el engaño se perfecciona y más todavía, ya que ni siquiera al nombre de ellos aparece en les contratos o en las facturas por los servicios prestados, se convierte esto en un doble engaño ya que aparte de hacerlo hacia el patrocinador de sus servicios en muchas ocasiones logran hacer caer en esta trampa a sus colaboradores que confían ciegamente en ellos.
“El fin justifica los medios”, (frase erróneamente atribuida a Nicolás Maquiavelo, siendo esta de Napoleón Bonaparte), pareciera que esa es la frase de moda, el éxito, el dinero, la fama, lodo lo superficial que el hombre ha hecho como parte de su vida diaria solo será alcanzable si buscamos engañar para obtener estos beneficios, y es verdad hasta cierto punto, porque al trabajo honrado y decente se ve como una alternativa tardía para llegar a estas metas, sin embargo el engaño puede dar en un periodo muy corto estos satisfactores, luego entonces el profesionista, ese que no quiere ser honrado y trabajar adecuadamente utilizando sus conocimientos para generar una sinergia de negocio a largo plazo ve realizado sus sueños y por ende se ve como un hombre de negocios exitoso y autentico.
Conclusiones
Bajo el análisis de los pormenores dictados en las líneas anteriores, se puede determinar que el profesionista que engaña, que utiliza todas las herramientas. técnicas a su alcance para cometer esos fraudes, buscando con un deseo enfermizo el éxito y la gloria en su alrededor, bien podría obtener todo esto, y demostrarle a su personal, a la familia o a cualquier tercero, que es exitoso, que es el mejor, pero todo esto es efímero, con el tiempo todas las trampas y malos manejos por más estructurados que sean en su operación, salen a flote.
Me queda claro que es la conciencia y las bases morales que tenga la persona, las que pueden mover a que el profesionista busque lograr un estatus exitoso, utilizando sus conocimientos en pro de actuar correctamente, esto lo llevará, si no de manera pronta hacia la cima, si de manera paulatina, sobre todo obteniendo el reconocimiento y la satisfacción más importante que, se puede tener en la vida y es la de saber que uno mismo no es una persona que engaña, que trabaja con integridad y honradez, ese es el perfil del profesionista que será reconocido invariablemente en la sociedad, pero repito, lo más importante es ver hacia el interior de esa persona, y saber que ha cumplido cabalmente con su encomienda en la vida y que bien puede ser el ejemplo a seguir de muchas generaciones.
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